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El ocio como herramienta de desarrollo infantil
Salidas al zoológico, fin de semana en la playa, compromisos con familiares y amigos, son solo algunas de las actividades que los padres organizan cada verano para procurar que los niños y las niñas no se aburran durante las vacaciones. Una tarea, que genera ansiedad en muchos adultos y que deja de lado el juego y el ocio, espacios que según los expertos son fundamentales para un correcto desarrollo cognitivo y emocional en la infancia.
“El ocio puede entenderse como un espacio en que se detienen las tareas cotidianas, que nos invita a aspectos más rutinarios, para poder abrir otras actividades donde podamos compartir con los niños y las niñas”, explica el psicólogo Rodrigo Cordero de Fonoinfancia de Fundación Integra. Por esto, transmitir a los padres la importancia de que los niños tengan tiempo libre de calidad es uno de los aspectos de la educación que continuamente se debe recordar.
En la misma línea, Schlomit Creixel, educadora de párvulos de la Dirección de Educación de Fundación Integra, aclara que el ocio es distinto al aburrimiento, “cuando hablamos de ocio desde la perspectiva educativa, nos referimos a cuando el niño decide la actividad que va a realizar, donde no necesariamente hay una sugerencia del adulto, es un espacio que está asociado al descanso, la diversión, por lo que es un buen momento para promover la creatividad y la imaginación. Está muy distante de lo que es el aburrimiento, que es un momento de letargo que a veces produce molestia en los niños y las niñas”.
Actualmente, hay adultos que no entienden la diferencia entre aburrimiento y ocio, y sienten la obligación de mantener a los niños ocupados de manera permanente. También, hay padres que tienen la necesidad de planear actividades para sus hijos, porque de esta manera tienen tiempo para realizar sus propias tareas.
“Muchas veces nos solicitan panoramas y actividades para realizar con los niños, porque se entiende que es parte de las responsabilidades de los padres mantenerlos ocupados y entretenidos en algo. Sin embargo, no es necesario tener un cronograma elaborado, sino que más bien propiciar instancias de co-construcción entre niños y adultos, donde ambos decidan qué actividades realizarán en conjunto y qué actividades pueden realizar por separado”, recomienda.
Los beneficios del ocio en la niñez
La experta en educación para la primera infancia explica que el ocio permite potenciar en los niños la capacidad de tomar decisiones, porque es un espacio donde el niño puede desarrollar su creatividad e innovación, descubrir e ir entendiendo el mundo que lo rodea, además, de pensar y decidir qué quiere hacer. Por eso, es importante que en los momentos de ocio el padre o adulto responsable promueva la autonomía infantil con preguntas como, qué te gustaría hacer, a qué quieres jugar, con qué o quién te gustaría realizar tal o cual actividad.
La profesional agrega que, durante los momentos de ocio, el rol de los padres es guiar: “por eso es bueno realizar un paneo de los recursos con los que cuento, con qué juguetes cuento, a qué espacios puedo asistir, con quién puede jugar mi hijo. En el caso de los niños más pequeños es bueno que seleccionar previamente dos o tres opciones, porque cognitivamente no están preparados aún para discriminar entre una amplia variedad de alternativas y les cuesta discernir”.
Muchas veces los adultos se sienten satisfechos cuando los niños caen rendidos a la cama, luego de un día lleno de actividades. Sin embargo, la profesional de la Dirección de Educación de Fundación Integra, aconseja no saturarlos de tareas y panoramas, porque el descanso es fundamental para su correcto desarrollo mental y físico.
Observar es clave
Los padres, hoy en día, tienen poco tiempo para compartir con sus hijos, por eso los momentos que se tienen para estar en familia deben aprovecharse, mostrando un interés real por lo que el niño hace o dice. Por ejemplo, si el niño es pequeño usted puede relatarle las actividades que realizó durante el día, para que vaya comprendiendo que se divirtió y que usted está atento a su rutina.
Por su parte, el psicólogo Rodrigo Cordero de Fonoinfancia de Fundación Integra, asegura que siempre es importante que los padres o adultos responsables, pongan atención y observen a los niños. “De esta manera, evitamos la ansiedad, aprendemos a comprender su comportamiento y ayudamos a que ellos también lo entiendan, con preguntas como: ¿será que estás inquieto porque tu primo se fue, estarás enojado porque tu programa favorito terminó? Debemos recordar que los niños son concretos y a diferencia de los adultos aún no son capaces de entender el concepto de aburrimiento”, asegura.