Lo sabemos, son demasiadas cosas que digerir de golpe. ¿Tormenta sin fin en Saturno? ¿Eso que se ve es un hexágono? ¿Por qué narices está cambiando de color? Que paren el Universo.
Empecemos dando pequeños pasos. Ese hexágono fue descubierto por primera vez en 1988 cuando algunos científicos revisaban datos recogidos por sondas que sobrevolaron el planeta de los anillos. Se quedaron atónitos, una sensación que aún se produce cuando uno ve las imágenes. Porque no existe nada como ese hexágono en cualquier otro mundo conocido. Hasta que la nave espacial Cassini no volvió a pasar por Saturno años después no se pudo confirmar oficialmente su existencia.
Los investigadores descubrieron que la figura geométrica la forman en realidad unos vientos combinados que alcanzan una velocidad de 321 km/h. Son huracanes violentos pero organizados porque mantienen una armonía perfecta que crea esa enorme forma de seis lados mientras que justo en el centro se ubica la tormenta. Sigue siendo un enigma, sin embargo, cómo se pudo originar: qué fuerza pudo haber desatado esa cadena de remolinos que abarcan una dimensión de 32.000 kilómetros de diámetro.
A esa incógnita se suma ahora el misterio de por qué, en solo cuatro años, el hexágono de Saturno ha cambiado su color azulado a uno más dorado.
El cambio de color podría deberse a un efecto de los cambios de estación en Saturno
La NASA, afortunadamente, cree poder dar una explicación, aunque matiza que, por el momento, es una conjetura. Los científicos creen que el verano parece estar llegando al planeta.
«Se cree que el cambio de color es un efecto de las estaciones de Saturno. En particular, el cambio de un color azulado a un tono más dorado puede deberse a la mayor producción de nieblas fotoquímicas en la atmósfera porque en el polo norte se producirá el solsticio de verano en mayo de 2017».
Los años en Saturno son muy largos —duran como 29 años de los nuestros— y eso hace que las estaciones cambien cada siete. Viven siete años de invierno antes de que llegue la primavera. El color del hexágono habría variado porque el próximo mayo comenzará verano y el planeta está experimentando ahora una mayor exposición a la luz que, junto a una reacción con la atmósfera, hace que se produzca una especie de neblina.
Como el hexágono actúa como una barrera y no deja pasar a esas partículas de neblina al interior, se acumulan en su superficie otorgándole la apariencia de un color turbio. Lo más probable es que vuelva a ser azul cuando en 2024 deje de ser verano, se despejen las partículas y la oscuridad vuelva a tener más horas. O no.
Saturno no deja de impresionar.