Una investigación de la Universidad de Madrid estudió a mil alumnos de esa institución, y los patrones fueron los siguientes: en ellos implicaba dormirse más tarde y despertarse más tarde durante las mañanas.
Al ser comparados con estudiantes que se duermen y levantan temprano, los resultados eran mejores a la hora de medir el coeficiente intelectual e inteligencia lógica.
También la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en Milán, hizo un estudio donde 120 hombres y mujeres de diferentes edades respondieron un cuestionario, en el que debían indicar si es que eran más productivos durante el día o durante la noche para clasificarlos.
Después de haber sido seleccionados, a cada persona se le realizaron tres pruebas donde se midió la originalidad, la capacidad de elaboración, la fluidez y la capacidad de ser flexibles.
La especialista Marina Giampietro, afirmó que los individuos con tendencia a mantenerse más tiempo despiertos durante la noche superaron mayormente a quienes se levantaban temprano, por lo que dijo que probablemente esto se debe a su espíritu poco convencional y a su habilidad para encontrar soluciones poco comunes.
Ambos estudios concluyen que levantarse más temprano no tiene que ver directamente con ser más creativos. Al parecer la clave no sería madrugar sino aprovechar ese momento del día en el que somos más creativos; es decir, para quienes se duermen más tarde, su momento creativo es por la noche, y es ese momento en el que nadie debería reprimir su impulsos artísticos y obligarle a cumplir con horarios para dormir.
En cambio, quienes suelen despertarse temprano, difícilmente encontrarán un momento para crear. E decir, si te levantas a las 5 de la mañana para ser más productivo, es probable que a las 9 de la noche ya estés muy cansado y no te des un momento para tu lado artístico.
Ahora ya lo sabes, después de esto, a quien te diga perezoso, ignóralo; recuerda que tu eres una persona realmente inteligente y creativa.
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