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Opinión

Pensar en el futuro: Cómo votar el 25 de octubre

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martes, 20 octubre 2020 - 7:54 am

“No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”, dice un antiguo refrán español. Hoy, cuando estamos a días del hecho político más importante en lo que va del siglo: El plebiscito constitucional del próximo 25 de octubre, esa frase de origen popular, que refleja un agudo pensamiento moral y expresa un consejo o una enseñanza tradicionalmente repetida, resulta un acertado resumen para entender la historia reciente de nuestro país, cuya deuda social pareciera finalmente comenzar a pagarse.

Con la fuerza del diálogo, Chile recuperó su democracia hace sólo treinta años. Sin embargo, a diario tropezamos con resabios de la dictadura que impiden el adecuado devenir de una sociedad que aspira a mayor equidad y justicia social, sobre la base de un régimen democrático estable y eficaz. No en vano, conforme una de las últimas encuestas CADEM, un 70% de la sociedad chilena cree que el modelo político – económico para nuestro país “debiese estar basado en la Socialdemocracia”.

Con todo, y sin ahondar en sus causas, para nadie es un misterio que la revuelta o estallido social de octubre de 2019 puso en jaque a nuestra democracia, desbordando en un comienzo sus instituciones propias; aunque finalmente éstas mismas, con especial mención de los partidos políticos, y nuevamente a través del diálogo, lograron encauzar la movilización social, dándole un sentido colectivo, al generar una verdadera carta de navegación que, aunque todavía no comprueba indubitadamente su éxito, constituyó un avance sustantivo en la búsqueda de una solución al dilema surgido.

El estallido social hizo patente el malestar nacional por las carencias de equidad y justicia social, pero también proporcionó fundamento, sobre la base del diálogo, para alcanzar un amplio y trascendental acuerdo político, a saber: Someter al escrutinio ciudadano, a través de plebiscito, la decisión o no de redactar una nueva Constitución; una nueva Carta Fundamental que logre resumir aquello a lo que la amplia mayoría de los chilenos aspira.

Es ésta la razón fundamental por la que muchos votaremos por la opción apruebo contenida en la primera cédula electoral que recibiremos el 25 de octubre. Votar “apruebo” es dar inicio formal al proceso constituyente y canalizar el debate que resulta menester por vías institucionales, ajenas a la violencia y al despropósito. Votar “apruebo” es emprender la búsqueda de un nuevo consenso o acuerdo de mayoría, que permita a la ciudadanía, que no se siente representada o se considera defraudada por el estado actual de las cosas, aspirar legítimamente a un cambio de su realidad. Votar “apruebo” es darle oportunidad al diálogo, sustento basal de toda democracia, en tanto la democracia no existe sin un diálogo que excluya la violencia como fórmula de solución de conflictos; pues la democracia requiere de tranquilidad social para desenvolverse adecuadamente y cumplir con su tarea básica de dar gobernabilidad.

No obstante, votar “apruebo” no resulta suficiente para encauzar de forma apropiada la solución al dilema surgido. Es necesario también permitir a la ciudadanía una participación activa en el proceso de toma de decisiones, y ello sólo es posible, a mi modesto entender, marcando también “convención constitucional” en la segunda papeleta electoral que nos entregarán el 25 de octubre. La “convención constitucional” favorece la participación ciudadana, porque todos quienes la integrarán, los “constituyentes”, serán directamente elegidos por la ciudadanía, con el mandato exclusivo de redactar una nueva Constitución. Los “constituyentes” no serán incumbentes, pues no podrán ser elegidos a otro cargo de elección popular hasta un año después de concluida su labor. Además, la “convención constitucional se elegirá bajo régimen de paridad de género garantizada, o sea, 50% de hombres y 50% de mujeres; circunstancia absolutamente innovadora a nivel mundial en la materia.

Al igual como ocurrió en 1988, cuando la votación popular nos condujo a recuperar nuestra democracia por vías institucionales, el plebiscito constitucional de 25 de octubre próximo representa una nueva oportunidad histórica de avanzar pacíficamente en obtener para Chile y los chilenos mayor dignidad, verdaderos derechos y más y mejor democracia.

Los invito a votar “apruebo” y “convención constitucional”, seamos partícipes de un hecho histórico.

Marcelo Díaz S. – Abogado e investigador CISO