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Opinión

Pensar en el futuro: Ser socialdemócrata

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martes, 06 octubre 2020 - 4:00 pm

Cuando por estos días casi un 70% de la sociedad chilena cree que el modelo político – económico para nuestro país “debiese estar basado en la Socialdemocracia” (Encuesta CADEM), y cuando muchos dirigentes locales se están presentando públicamente como socialdemócratas, entre ellos el sempiterno candidato presidencial de derecha y actual alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, resulta más que pertinente recordar que la Socialdemocracia no es un simple “gobierno de centro”, como -sin mayor sustancia y contenido- le definió el propio alcalde Lavín.

La Socialdemocracia es una ideología política que favorece la intervención económica del Estado en la sociedad para promover la justicia social, en el marco de una democracia representativa y una economía social de mercado. Para los Socialdemócratas la redistribución del ingreso y la regulación de la economía, en aras del interés general y del estado de bienestar, son una necesidad ineludible desde que Eduard Bernstein, padre de la Socialdemocracia moderna, advirtió -a comienzos del siglo XX- que “en una buena ley de empresas puede haber más socialismo que en la nacionalización de todo un conjunto de fábricas”. Por ello, los socialdemócratas se caracterizan por su enérgico compromiso con el impulso de políticas públicas destinadas a reducir la pobreza, la desigualdad y la opresión de grupos desfavorecidos. Para la Socialdemocracia constituye un objetivo prioritario de gobierno crear condiciones que permitan, dentro de un régimen democrático, un desarrollo económico y social igualitario y solidario. Para los Socialdemócratas, educación, salud, vivienda y seguridad social son Derechos Humanos, derechos económicos, sociales y culturales que merecen protección jurídica, incluso más allá de las legislaciones nacionales, con el fin de garantizar el bienestar económico, la educación y la cultura de la población. De ahí que desmercantilizar, apartando al mercado e incorporando al Estado en el ejercicio de esos derechos económicos, sociales y culturales constituye una tarea inexcusable para los verdaderos Socialdemócratas.

Por más de veinte años la Socialdemocracia Chilena fue el partido político propulsor de tales ideales. Desde el mundo laboral, gremial y estudiantil, y en plena Dictadura Militar, los hombres y mujeres que la integraron lucharon sin violencia y con la fuerza de sus ideas por el retorno a la Democracia. Hoy, cuando todos quieren ser reconocidos como Socialdemócratas, tenemos una oportunidad histórica de concretar nuestro ideario. Por ello, aprobamos sin reservas el plebiscito constitucional del próximo 25 de octubre, que dará inicio al proceso constituyente destinado a elaborar una nueva Constitución para Chile; una Carta Fundamental que resuma lo que la amplia mayoría de los chilenos deseamos.

Marcelo Díaz S. – Abogado e investigador CISO