En parque Llanos de Ollantay fue la última presentación itinerante del verano

Son las últimas actividades del programa de verano que durante los meses de enero y febrero ha desarrollado la Fundación Proyecto Ser Humano. Cada semana, llegaron a un sector de Paipote con un espectáculo, la mayor parte de ellas en un bus habilitado como teatro. Así fue como recorrieron el casco antiguo conocido como Estación, la plaza, los alrededores y posteriormente los más nuevos, como Llanos de Ollantay.

La última itinerancia comenzó con la presentación de la Compañía Viajeros del Desierto de la obra “El sueño de Wiracocha”, destinada a niños y niñas y sus padres, quienes se acercaron y disfrutaron de este cuento basado en la mitología andina. Incluso participaron en el escenario, ya que esta pieza teatral sólo se resuelve con la participación de los espectadores. Su directora, la actriz Joyce Rogers, valoró positivamente su participación en este programa de verano recorriendo diversos sectores de Copiapó, llevando su arte y sus mensajes, siempre educativos, a niños y niñas.

Posteriormente se presentó Takirí Mandé, con su música en vivo basada en tambores africanos y la danza afro. Esta agrupación mostró varias de las danzas originarias del continente negro, usando máscaras, otra que incorpora tambores a la danza -método utilizado para evadir la prohibición que pesaba sobre las mujeres de tocarlos- , una coreografía que recuerda cultivos y labores tradicionales, como también aquellas destinadas a la fiesta y el movimiento. La presentación culminó con público en el escenario, mayoritariamente niñas, que se atrevieron a ensayar algunos pasos y luego bailar afro en una ronda. Marianela Rivera, líder de este grupo,  también valoró este programa de verano en el que ha participado tanto Takiri Mandé como Flores y Tambores.

Alfonso Silva ha cerrado cada itinerancia con su didjeridoo, acompañado de cajón peruano y tambor, quien aprovecha la música para contarles algunas historias a los presentes, especialmente de animales o de los orígenes de algunos cantos latinoamericanos ancestrales. Esta itinerancia contó con el aporte de la ley de donaciones culturales y minera Kinross.