×

Opinión

12 de mayo de 1859, la batalla de Copiapó, el fin de la Revolución Constituyente

[ssba-buttons]
martes, 12 mayo 2020 - 1:08 pm

La Revolución Constituyente de 1859, que fue el levantamiento armado, liderado y accionado principalmente por la provincia de Atacama y la ciudad de Copiapó que busca poner fin al agobiante  centralismo y autoritarismo de Santiago, tuvo su fin  en la llamada batalla de Copiapó, el 12 de mayo de 1859, que fue  el ocaso del movimiento revolucionario de 1859.

En lo central esta etapa destaca por la acción del último Intendente constituyente,  el joven calderino;  don José Sierra, y la podemos resumir de la siguiente forma:  Con posterioridad al triunfo de  las armas atacameñas en las cercanías de la quebrada de Los Loros ( 14 de marzo de 1859, La Serena),  y a la derrota en Cerro Grande (  entre La Serena y Coquimbo , en  de abril de 1859),  las tropas atacameñas  derrotadas vuelven a Copiapó  y  Pedro León  Gallo deben huir  a San Juan, Argentina.

Esta situación, a diferencia de lo que se podría pensar, no sumerge a Copiapó y Caldera en una crisis ni anarquía; si bien es cierto la plutocracia copiapina está nerviosa, las nóveles instituciones atacameñas  siguen funcionado, pero, finalmente el gobierno es entregado al  Juez Dolores Passi, con ello se suponía se restablecería en Copiapó un gobierno cercano al Presidente Manuel Montt, sólo Caldera se mantenía constituyente, siendo gobernada por Anselmo Carabante, quien finalmente entrega el mando al enviado de  Juez Dolores Passi.  Mientras tanto, también  caía el puerto de Huasco en manos de los gobiernistas representado en el teniente Coronel  José Villagrán, de allí avanzarían a Vallenar y posteriormente a Copiapó, donde se suponía la situación estaba controlada.

Es en este momento cuando José Sierra, con gran claridad política y determinación subleva al puerto de Caldera, ahora ya en su calidad de  teniente,  toma la capitanía de puerto.  Caldera volvía a manos de los revolucionarios, era el momento de trasladarse a Copiapó y retomar por las armas  el gobierno revolucionario. Había llegado la hora de asumir el gobierno revolucionario constituyente y José Sierra, con el objetivo de organizar la resistencia se hace nombrar Intendente, el último, de la revolución del 59.

José Sierra: La Revolución Constituyente de 1859 se visibiliza  cuando conocemos sus otros actores, más allá de Pedro León Gallo, en  este caso específico hablamos de personajes  que cumplieron roles en esta trama. Esa es la situación del joven líder Calderino José Sierra. Todo nos hace suponer que este joven era de profesión artesano, que participa desde los orígenes mismos de la rebelión, es decir desde el 5 de  enero de 1859, es el último Intendente del periodo revolucionario y en opinión de los historiadores de la época  fue un hombre noble y de desarrollada conciencia política.   Diego Barros Arana y José Victorino Lastarria, dijeron de él: “Aquel intendente rudo pero noble, podía dar lecciones de hidalguía a los intendentes, a los coroneles y hasta los ministros de  Montt”.

La acción de Sierra, coincidía con la vuelta de los cazadores de África, última división revolucionaria, que al llegar a Copiapó,  sin renunciar a su ideario  busca una salida pacífica y de diálogo con las nuevas autoridades, más moderadas. Pero la frustración de muchos copiapinos es evidente, y comienza una suerte de profundización de las posiciones revolucionarias,  y  también de rencillas, entre ellos.

El 8 de mayo desembarcan en Caldera las tropas del ejército chileno  al mando  José Villagrán y marchan sobre la capital de Atacama,  el 12 de mayo, las tropas de gobierno llegan a Copiapó, y con José Sierra, ahora al  mando de la revolución  se atrincheran en la plaza de armas. El  historiador Joaquín Fernández, nos cuenta así el desenlace de la batalla: “Cercados y progresivamente estrangulados un puñado de revolucionarios, en su gran mayoría soldado improvisados sacaban fuerzas de flaquezas para resistir una fuerza cuatro veces mayor”.

Finalmente, los revolucionarios son derrotados en la plaza de armas, sin balas y casi sin hombres, José Sierra deja de combatir y se retira de la plaza,  sin ser detenido por las tropas gobiernistas, ya que al parecer el biotipo de Don José Sierra, no era lo que los  gobiernistas  buscaban, es así como el héroe de la resistencia Copiapina se pierde en la bruma siempre espesa de la historia, y  también  en la frágil  memoria histórica regional.

El 12 de mayo de 1859 , se ponía fin a la revolución, a sus  instituciones, a su bandera, a su himno  a su moneda,  y  también a sus  ideales, ahora vendrían los Juicios a los copiapinos,  principalmente del bajo pueblo, pagando como suele ocurrir e pueblo derrota de la Revolución.